jueves, 20 de abril de 2017

El cloruro de sodio o sal común. II. Origen y formación.

Esta aventura arranca, por razones obvias, con la previa formación de La Tierra y su temprana actividad geológica. Al exterior de la corteza terrestre, donde encontramos una primigenia atmósfera compuesta por vapor de agua, dióxido de carbono y nitrógeno, va a salir expulsado un material ígneo compuesto de metales (aluminio, silicio, magnesio) y gases (oxígeno y cloro) que darán forma a las primeras rocas. El grupo mayoritario de estas rocas son los silicatos, que van a estar compuestos por sílice (SiO2) y diferentes elementos metálicos como por el ejemplo el propio sodio.

A este continuado proceso de expulsión de material ígneo y formación rocosa, lo acompañó hace 3.800 millones de años el paulatino enfriamiento de la corteza terrestre. El consecuente descenso de las temperaturas en la superficie va a favorecer la condensación del vapor de agua y la aparición de precipitaciones que se prolongarían durante millones de años, dando como resultado la aparición de las grandes masas de agua (mares y océanos), la tierra emergida o contenientes, así como un acelerado proceso de erosión de los silicatos que libera sobre la corteza y océanos un gran número de elementos químicos. A través de la recombinación de éstos se originan nuevos compuestos entre los que figuran las sales minerales y dónde encontramos el cloruro de sodio.

Este proceso geológico continuado, unido a la orogénesis y las condiciones climáticas, da como resultado que la sal sea una de las sustancias más abundantes de la naturaleza y que se encuentre presente en diferentes formas y medios. Se haya disuelta en el agua del mar, lagos y ríos, pero también en salmueras de otros recursos o en forma de roca salada llamada halita.


Bibliografía.

MARTÍNEZ, D. "El cloruro de sodio o sal común". En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 24-34.