viernes, 28 de abril de 2017

Cosechar sal en Andalucía II. La sal artesanal.

Lo habitual al visitar una salina es que el salinero o propietario nos comente que su producción es 100% artesanal porque emplean la energía eólica y la radiación solar. También señalan que su sal no pasa por ningún tipo de proceso de lavado y tampoco posee aditivos químicos. En cierta forma ambos son requisitos indispensables para ser sal artesanal, pero no podemos olvidar que el uso de las herramientas tradicionales y el tipo de las instalaciones son fundamentales para tal reconocimiento.

Desde el punto de vista legal y administrativo, el DECRETO 352/2011, de 29 de noviembre, por el que se regula la artesanía alimentaria de Andalucía (BOJA, 2 de diciembre de 2011), define en su artículo 3 la producción artesanal alimentaria, incluyendo el mismo a la sal, como:

“La producción específica derivada de un sistema singular, cuya especificidad proviene no sólo del método de elaboración y de los productos obtenidos, sino también de las características de las materias primas, las prácticas, los objetivos y las funciones desempeñadas por la persona artesana de alimentación, destacando la vinculación de la actividad y del producto a un territorio dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía”.

La cosecha de sal artesanal da comienzo en los meses de marzo y abril con las labores de limpieza y preparación de los calentadoreseras y herramientas (fig.1). Posteriormente, entre mayo y octubre, se llevan a cabo entre 3 o 5 sacas, correspondiendo aproximadamente a una saca cada 20 días. En ese lento proceso de cristalización se obtienen diferentes tipos de sales,

“según el grosor, color y calidad: sal de hoja, que cristaliza cuando no hay viento, formando una capa muy fina en la superficie del agua; sal de primera o segunda cosecha; sal de espuma, de grano muy fino, que cristaliza en los corredores y rincones de las pilas o tajos, utilizada para el consumo de los salineros; sal gorda, sal blanca, sal rosada, etc” (Serveto, P., 2004:185).

FIG. 1. HERRAMIENTAS TRADICIONALES.



Fuente: Salinas de Andalucía, 2004:91. Nota: Útiles y herramientas de las salinas tradicionales: palas (1 y 2), vara de sacar sal (3), y parihuela (4) para transportarla.

El proceso por el cuál se obtiene la sal artesanal es ecológico y sostenible, asemejándose bastante a un ecosistema natural (fig.2), con tendencia a cerrar el ciclo de materia y hacer eficientes los procesos internos, obteniendo un nivel prácticamente cero en la generación de residuos, no consume material orgánico ni emite ningún tipo de gases resultado de una evaporación forzosa, y sólo se devuelve al medio agua dulce sobrante (Román, E., 2014).

FIG. 2. CICLO PRODUCTIVO DE LA SALINA ARTESANAL.


Fuente: Román López, E., 2014:277.

En resumidas cuentas, el proceso de producción de sal artesanal tiene lugar “en las antiguas instalaciones con las técnicas tradicionales y el resultado es, como hace siglos, el de un bajo volumen productivo pero acompañado de una alta calidad y variedad de productos” (Martínez, D., 2016:72).


BIBLIOGRAFÍA.

DECRETO 352/2011, de 29 de noviembre, por el que se regula la artesanía alimentaria en Andalucía (B.O.J.A. núm. 237, de 2 de diciembre).
GIL, M.; HURTADO, A. “El salinero artesanal, un modo de vida casi olvidado”. En: Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 2004, pp. 80-89.
MARTÍNEZ, D. “La puesta en valor en Andalucía: gestión integrada y producción artesanal”. En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 67-85.
ROMÁN, E. Paisajes de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. 858 p.
RUBIO, J.C.; SERVETO, P. “Tipos funcionales de las salinas atlánticas: salinas artesanales y salinas industriales”. En: Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 2004, pp. 179-192.

jueves, 27 de abril de 2017

Cosechar sal en Andalucía I. Las salinas de litoral e interior.

En Andalucía la tipología de salinas existentes son las de litoral e interior. Si bien el objetivo es el mismo, obtener sal mediante la radiación solar y la energía eólica, las instalaciones poseen particularidades que las hacen diferentes. La estructura de las mismas vienen determinadas por la procedencia de las aguas y, unido a ello, la topografía condiciona la morfología de las instalaciones. El tamaño de éstas determina la capacidad para producir, la mano de obra necesaria y por tanto mayor o menor volumen de sal. Por último, si bien todas tienen elementos comunes, existen particularidades arquitectónicas e ingenios técnicos que aportan identidad.

Las salinas de litoral se extienden por los cerca de 1100 km de costa que posee nuestra tierra. El primer trabajo se centra en la delimitación de la salina a través del reforzamiento de la vuelta de fuera. En el mismo se realizan varias compuertas y se adapta el interior de la misma para que el movimiento de las aguas entre en el estero (donde se acumula el agua), concentradores (circuito de pequeños canales donde se favorece la concentración) y cristalizadores (espacio en el que se produce la definitiva precipitación de la sal), se lleve a cabo por su propio peso o efecto de la gravedad. Cuando ello no es posible se recurre a la instalación de norias y molinos impulsados por la energía eólica, la tracción animal o humana (fig.1).


FIG. 1. ESTRUCTURA DE LA SALINA DE LITORAL.


Fuente: Salinas de Andalucía, 2004:49.


Por su parte las salinas de interior son de una mayor complejidad y variedad morfológica. La presencia de manantiales y pozos de salmueras en valles, lugares escarpados y laderas, ha dado lugar a una gran variedad. Emilia Román distingue cinco tipologías: salinas de altiplanos y subdesiertos esteparios; salinas de Campiñas (donde se ubica la salina de Valcargado); salinas de Serranías; salinas de valles, vegas y marismas; salinas de litoral. Pero si están presentes en paisajes urbanos y periurbanos, las clasifica en urbanas (caso de la salina de la Malahá); y las periurbanas. A su vez, y ahora atendiendo a las técnicas de adaptación del entorno en el que se encuentra las clasifica en: salinas en terrenos llanos; salinas en fondo de barranco o valle; y las salinas en laderas (2014).

No obstante todas poseen una serie de elementos comunes fácilmente identificables (fig.2). Al igual que las de litoral, el agua salada llega a los concentradores de los pozos o manantial a través del efecto de la gravedad mediante canalizaciones. Para sacar el agua de los pozos se emplearían norias de tracción animal o humana, que posteriormente sería sustituida por vapor, carburantes y electricidad. De los concentradores pasa a las piletas de cristalización donde se produce la precipitación de la sal. Tras su recogida y secado pasan a los almacenes o alfolíes.


FIG. 2. ESTRUCTURA DE LA SALINA DE INTERIOR.


Fuente: QUESADA, T., 1996:324. Nota: Salina de Toya en Peal de Becerro (Jaén).


BIBLIOGRAFÍA.

QUESADA, T. “Las salinas de interior de Andalucía oriental: ensayo de identificación”. En: Actas del II Coloquio de Historia y medio físico. Agricultura y regadío en al-Andalus. Almería, Instituto de Estudios Almerienses, 1996, pp. 317-333.
PÉREZ, A., (Coordi). Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 2004, 303 p.
ROMÁN, E. Paisajes de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. 858 p.

miércoles, 26 de abril de 2017

El Paisaje, las Salinas y los Paisajes de la Sal.

En el año 2000 la ciudad de Florencia acogía la firma del Convenio europeo del paisaje (CEP). La novedad de este concepto es el maridaje que se produce entre el Patrimonio Cultural y el Natural, dando como resultado una visión integral del paisaje donde el ser humano tiene un especial protagonismo.

El paisaje queda definido como “cualquier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos” (CEP, 2000). En ese sentido, el patrimonio cultural y natural salino forman un paisaje propio que conviene identificar y definir.

Según Katia Hueso los paisajes de la sal son “aquellos cuyos elementos están fuertemente influidos por la presencia de sal en el entorno” (2015:17). De esta forma la representante de IPAISAL habla de salinas de costa o litoral; de lagos y lagunas saladas; de manantiales y ramblas; de saladares y salares; así como de prados salados (fig.1).


FIG. 1. Salina de Valcargado (Utrera).


Fuente: ANDASAL, 2015.


Por su parte Emilia Román profundiza más determinando que:
“son paisajes culturales: las energías y circunstancias naturales aprovechadas en ellas, sol, viento, gravedad y humedad relativa, propician la evaporación del agua salada, una de las estrategias fundamentales para su funcionamiento, que determina su posición geográfica en el territorio y su dependencia de los ciclos climáticos estacionales, del régimen hidrológico, la estructura geológica del subsuelo, la geomorfología y la acción humana para potenciar la eficiencia de los procesos productivos, creando para ello un extenso e interesante patrimonio natural y cultural en torno a ellos” (2014:5).
En resumidas cuentas, la sal y su explotación, es decir, el recurso y la acción del ser humano, han dado lugar a un Patrimonio cultural y natural único y excepcional: los paisajes de la sal.


BIBLIOGRAFÍA.

HUESO, K. “Los paisajes de la sal“. En: Sal en el salero. Guadarrama : Asociación de Amigos de las Salinas de Interior,  2015, pp.25-32.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURAL Y DEPORTE. “Convenio europeo del paisaje” [en línea]. [Consulta: 20/4/2017]. Disponible en: <http://www.mecd.gob.es/cultura-mecd/dms/mecd/cultura-mecd/areas-cultura/patrimonio/Convenio_europeo_paisaje.pdf>
ROMÁN, E. Paisajes de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. 858 p.

martes, 25 de abril de 2017

La Laguna de Fuente de Piedra. Sal y Flamencos.

La laguna de Fuente de Piedra (Málaga), ubicada en la localidad de nombre homónimo, es uno de tantos ejemplos existentes de paisajes salinos explotados para la obtención de sal que, tras la crisis del sector durante mediados de siglo XX, terminan por convertirse en un Espacio Natural protegido.

Con una superficie de 1,354 ha, es la laguna de origen endorréico más grande de Andalucía. El sustrato que aporta la salinidad a la misma es del Triásico, y tiene su origen en el proceso de desecación del Mar de Tethys hace 200 millones de años (fig.1). La escasa profundidad, las altas temperaturas y la actividad del viento, le confieren unas características idóneas para la cosecha de sal.


FIG. 1. Corte hidrogeológico de la cuenca.



Fuente: PGOU de Fuente de Piedra, 2004:40.


Por tanto, las características geológicas e hidrológicas de la laguna ha permitido el aprovechamiento de sus aguas por fenicios, romanos, musulmanes y castellanos. No obstante y, pese a que la investigación desarrollada apenas habla de ello, tampoco podemos descartar a los diferentes pueblos que desde el siglo V a.C comenzaron a ocupar el entorno del actual municipio.

En el siglo XVIII la Corona castellana, con el objetivo de desecar para extraer la sal, se hace con la propiedad de la Laguna. Tras varios intentos fallidos en 1880 se culminan unas obras que dan lugar a unas instalaciones más sofisticadas. El último propietario de la salina fue la Sociedad Agrícola Ganadera que, hasta 1951, mantuvo la salina activa. Hoy en día aun quedan restos de la prolongada actividad y la profunda transformación a la que se sometió el medio (fig.2).


FIG. 2. RESTOS DE LA SALINA.


Fuente: Salinas de Andalucía, 2004:122.


Tras su definitivo cierre y, aunque hubo de pasar tres décadas, se produce su adquisición en 1982 por parte del ICONA para su gestión y conservación. De esta forma se consigue que dos años después pase a declararse Reserva Natural y, dado que era y es un espacio fundamental para las aves (Correlimos, Ánade Real, Pato Cuchara, Grulla Común, Falmencos, etc...), también pasó a formar parte de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La Laguna está adaptada para visitantes con espacios de uso común y senderos. Esto permite a los amantes de las aves poder disfrutar, entre los meses de marzo a mayo, de la extensa comunidad de Flamencos que caracteriza a Fuente de Piedra (fig.3).


FIG. 3. FLAMENCOS EN LA LAGUNA.


Fuente: Salinas de Andalucía, 2004:125.


BIBLIOGRAFÍA.

AYUNTAMIENTO DE FUENTE DE PIEDRAAvance del PGOU de Fuente de Piedra. Memoria Informativa[en línea]. [Consulta: 15/4/2017]. Disponible en: <http://www.dipmalaga.es/planeamiento/pgou/29055/memoria%20informativa%20y%20justificativa-a.pdf
>
GARRIDO, A.; RENDÓN, M. "La laguna de Fuente de Piedra, enclave natural protegido en una salina interior". En: Salinas de Andalucía. Sevilla, Consejería de Medio Ambiente, Junta de Andalucía, 2004, pp. 121-125.
GARRIDO, A.; RENDÓN, M. "La Laguna de Fuente de Piedra". En: Los Paisajes Ibéricos de la sal. Guadalajara, IPAISAL, 2009, pp.57-67.



lunes, 24 de abril de 2017

La Marismilla. La primera salina documentada en territorio andaluz.

La Marismilla, el que por ahora es el testimonio documentado más antiguo de actividad salinera en Andalucía, se encuentra ubicada en la sevillana localidad de La Puebla del Río.

En La Puebla del Río, un término municipal de interior, no existen manantiales que permitan la obtención de sal, ni ahora ni en el pasado más remoto que podamos imaginar. Pero hacia el 3.000 a.C existía una ensenada marina (fig.1) que ocupaba gran parte de la zona:

“En ese golfo desaguaba el Guadalquivir mucho más arriba de donde lo hace ahora. Desde Matalascañas y Sanlúcar de Barrameda, la ensenada se abría en forma triangular hasta alcanzar su vértice superior en Coria del Río. A partir de este punto y hasta Alcalá del Río se extendía el estuario propiamente dicho, en el que el Guadalquivir comenzó hace poco más de dos mil años a dibujar sus principales meandros” (ESCACENA, J.L., 2010:169).

FIG. 1. LA ENSENADA BÉTICA.


Fuente: ESCACENA, J.LL, 2010:171.

De esta forma se explica que, las comunidades agropastoriles correspondientes al horizonte cultural del Neolítico Atlántico Tardío, cuyo espacio de ocupación se extendieron por “una faja territorial que llegaría al menos hasta los 30 km de separación de la costa atlántica de entonces” (Gavilán Ceballos, B., y Escacena Carrasco, J.L. 2009:346), pudiesen aprovechar en las orillas de esta ensenada el agua de mar para obtener sal.

La Marismilla es uno de los tantos yacimientos que debieron existir por todo este antiguo golfo marino. El asentamiento es de unos 225m2 y estaba dedicado a la producción de sal para la conservación de carne y pescado (ESCACENA, J.L., 2010). La técnica empleada es la ígnea y, es que, si algo caracteriza a este yacimiento es la gran cantidad de escombros cerámicos encontrados como resultado de la aplicación de dicho método.

El procedimiento consistía en el llenado de vasijas de agua de mar y su colocación en el fuego hasta la cristalización (fig.2). Posteriormente se llevaría a cabo la rotura de la pieza cerámica para la obtención de un pequeño bloque de sal. Según José Luis Escacena, 

“conseguir sal a base de hervir agua del mar en cazuelas, estaba constatado sólo a partir de finales de la Edad del Bronce, en concreto en la desembocadura del Támesis. La Marismilla ha remontado la antigüedad de la fórmula al menos en dos mil años”. (2010:182).

FIG. 2. TÉCNICA ÍGNEA DE COCCIÓN.



Fuente: ESCACENA, J.LL, 2010:183.

Las modestas cantidades que se podían obtener de este procedimiento eran empleadas para la conservación de carne y pescado. Sin lugar a dudas suficientes para una sociedad dedicada a la ganadería, la pesca y la recolección, y que llevaba a cabo una vida trashumante en el territorio de la ensenada bética.

BIBLIOGRAFÍA.

ESCACENA, J.L. “La salina prehistórica de La Marismilla y la ocupación neolítica de la paleodesembocadura del Guadalquivir”. En: ESCACENA, J.L (coord.) La Puebla del Río: Miscelánea histórica. Sevilla : Universidad de Sevilla, 2010. p. 167-189.

GAVILÁN, B.; ESCACENA, J.L. “Acerca del primer neolítico de Andalucía occidental. Los tramos medio y bajo de la cuenca del Guadalquivir”. Mainake. 2009, nº 31, p. 311-351.

viernes, 21 de abril de 2017

Patrimonio en riesgo. La casa de sa Roda.

El pasado mes de febrero el Diario de Ibiza se hizo eco del colapso de la casa de sa Roda ubicada en la Isla de Formentera (fig.1)


FIG. 1. FRAGMENTO DE LA NOTICIA-



FUENTE: diariodeibiza.es, 2017.

Pese a que se trata de una salina catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2004 y que, se había planeado hace 8 años crear un centro de interpretación, la falta de intervención y el consecuente abandono por parte de las administraciones y agentes sociales de la zona ha acelerado su deterioro.

Según el Diario de Ibiza, la conselleria insular de Cultura y Patrimonio ha confirmado su intervención en la zona para "poder apuntalar y asegurar lo que queda de esta edificación".




El Patrimonio Salinero Andaluz.


Este patrimonio está compuesto por todas aquellas salinas que estuvieron durante siglos cosechando sal en nuestra tierra y que, tras el proceso de modernización llevado a cabo durante el siglo XX, fueron abandonadas y olvidadas por su incapacidad para hacer frente a las exigencias y precios del mercado.

Las salinas andaluzas han dado lugar a un paisaje único y excepcional,  de manera que sin ellas no se puede explicar la vida, economía, cultura e historia de pueblos y territorios. A todo ello debemos sumar el valor de unas instalaciones en la lo arquitectónico y artístico también están presentes  a través de cortijos, capillas, pozos y piletas, que cuentan cómo eran los métodos y técnicas tradicionalmente empleados para cosechar la sal. En ellas se conserva la esencia de una profesión artesanal ampliamente respetada y considerada.

En la actualidad este patrimonio se encuentra abandonado y por tanto en peligro de desaparición. Recientemente y, desde diversas instituciones públicas y asociaciones, se está llevando a cabo un proceso de recuperación de dicho patrimonio. No obstante este proceso es lento y en Andalucía necesita de un mayor compromiso y participación por parte de todos los agentes implicados en el patrimonio.

Hasta el momento no son muchos los trabajos que hayan abordado el tema de la situación del patrimonio salinero andaluz. De los existentes, el que mejor ofrece un diagnóstico del patrimonio, el valor de estos paisajes y planteamientos de futuro para el mismo, es la tesis de Emilia Román “Paisajes de la sal en Andalucía” (2014). Desde él se proponen mecanismos, criterios y principios para su conservación y reactivación.

Pero, como paso previo a todo ello, se antoja necesaria su identificación, es decir, cuántas instalaciones existen en Andalucía para dar forman al patrimonio salinero andaluz. En ese sentido y, puesto que no se ha llevado a cabo un trabajo de campo, los datos no son muy exactos. En “Salinas de Andalucía” (2004) se plantea la existencia de 85 explotaciones entre activas y abandonadas, sin embargo el Instituto del Patrimonio y los Paisajes de la Sal (IPAISAL) apuntan a 195 salinas (Carrasco, J.F y Hueso, K., 2008).

Llegados a este punto, desde PASANDA insistimos en la necesidad de identificar, investigar y divulgar el patrimonio salinero andaluz, porque es la única garantía y medio de conservación y protección del mismo.


BIBLIOGRAFÍA.
CARRASCO, J.F Y HUESO, K. Los paisajes ibéricos de la sal: las salinas de interior, Volumen 1. Guadarrama : Asociación de Amigos de las Salinas de Interior, 2008, 156 p.
PÉREZ, A., (Coordi). Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, 2004, 303 p.
ROMÁN, E. Paisajes de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. 858 p.

jueves, 20 de abril de 2017

El cloruro de sodio o sal común. II. Origen y formación.

Esta aventura arranca, por razones obvias, con la previa formación de La Tierra y su temprana actividad geológica. Al exterior de la corteza terrestre, donde encontramos una primigenia atmósfera compuesta por vapor de agua, dióxido de carbono y nitrógeno, va a salir expulsado un material ígneo compuesto de metales (aluminio, silicio, magnesio) y gases (oxígeno y cloro) que darán forma a las primeras rocas. El grupo mayoritario de estas rocas son los silicatos, que van a estar compuestos por sílice (SiO2) y diferentes elementos metálicos como por el ejemplo el propio sodio.

A este continuado proceso de expulsión de material ígneo y formación rocosa, lo acompañó hace 3.800 millones de años el paulatino enfriamiento de la corteza terrestre. El consecuente descenso de las temperaturas en la superficie va a favorecer la condensación del vapor de agua y la aparición de precipitaciones que se prolongarían durante millones de años, dando como resultado la aparición de las grandes masas de agua (mares y océanos), la tierra emergida o contenientes, así como un acelerado proceso de erosión de los silicatos que libera sobre la corteza y océanos un gran número de elementos químicos. A través de la recombinación de éstos se originan nuevos compuestos entre los que figuran las sales minerales y dónde encontramos el cloruro de sodio.

Este proceso geológico continuado, unido a la orogénesis y las condiciones climáticas, da como resultado que la sal sea una de las sustancias más abundantes de la naturaleza y que se encuentre presente en diferentes formas y medios. Se haya disuelta en el agua del mar, lagos y ríos, pero también en salmueras de otros recursos o en forma de roca salada llamada halita.


Bibliografía.

MARTÍNEZ, D. "El cloruro de sodio o sal común". En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 24-34.

miércoles, 19 de abril de 2017

El cloruro de sodio o sal común. I. El compuesto.

La mayoría de la población habla y conoce al cloruro de sodio como sal común. Este término es una herencia cultural de Roma, que fue acuñado para señalar la importancia que el mismo tenía para el desarrollo de la vida y economía en el Imperio (Kurlansy, M., 2003). La realidad es que, como hoy día sigue siendo igual de importante para ambas cosas, nadie se ha atrevido a cuestionar dicho nombre, es más, se la nombra como sal pese a existir otros tantos compuestos que también son sales.

Por tanto, desde el punto de vista químico, la sal común es un tipo más de sal binaria. Las moléculas que dan lugar a la estructura cristalina estable está formada por
“un átomo de sodio (Na) –una sustancia metálica, ligera, muy blanda y reactiva–, y otro de cloro (Cl) –un gas verde de olor picante y venenoso–, que permanecen unidas mediante un enlace conocido como iónico en el que actúan las fuerzas electroestáticas del catión sodio (Na+) y el anión cloro (Cl-)” (Martínez, D., 2016:24).
En la naturaleza la proporción o niveles de sodio y cloro no son estables, no obstante la sal pura está en una proporción de cloro del 60,66% y 39,34% de sodio.

La principal característica de esta sal es que, como bien dice Mark Kurlansky, es “la única roca comestible” (2003). Pero al margen de los usos que se les pueden dar (cuestión ésta que se tratará en otro post), nos vamos a centrar en resumir sus principales propiedades químicas a través de la figura 1:


Fuente:  Adaptado de ClorurodeSocio.Net, 2016.


Pero ¿cómo se formó este compuesto químico? Emilio Menéndez (2008) lo califica como un largo y complejo proceso geológico de miles de millones de años y que, debido a su extensión, formará parte de otro capítulo de este blog.

Bibliografía.

CLORURO DE SODIO.NET. "Propiedades Del Cloruro De Sodio" [en línea]. [Consulta: 8/8/2016]. Disponible en: <clorurodesodio.net/propiedades/>
MARTÍNEZ, D. "El cloruro de sodio o sal común". En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 24-34.
MEMÉNDEZ, E. Las rutas de la sal. La Coruña : Netbiblo, 2008, 225 p. 
RUDOLF, H. “Constitución y propiedades de la materia”. En: Química General. Barcelona Ediciones Reverté.S.A., 1977 pp. 58-88.

¿Qué es PASANDA?



Patrimonio Salinero Andaluz (PASANDA) es un proyecto abierto y participativo cuyo objetivo es la identificación, investigación, divulgación y protección del patrimonio salinero andaluz.

Una de las herramientas empleadas para dicha labor es este blog. En él se realizan publicaciones que hablan de las salinas existentes en Andalucía, de sus características y elementos particulares, de su estado de conservación y tipo de gestión, así como de sus diferentes historias. 

Pero también se dedica tiempo y espacio a la descripción de conceptos básicos y esenciales que ayudan a la comprensión del patrimonio salinero, conocer la situación actual del sector y otras tantas salinas que sin estar presentes en Andalucía son igualmente interesantes.

PASANDA también publica una RevsitaBlog con carácter quincenal en la que se exponen todos los post publicados en ese tiempo. De esta forma se puede acceder de una forma más funcional y práctica a toda la información.

Por último recordar que el proyecto de PASANDA está esperando la participación de todos aquellos amantes del patrimonio salinero a través de la dirección de correo: pasandaluz@gmail.com.


Las salinas. Definición y tipologías.

Quizás sea demasiado obvio, pero conviene empezar por definir el objeto de estudio de Patrimonio Salinero Andaluz (PASANDA): las salinas.

Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la salina es un "establecimiento donde se beneficia la sal de las aguas de mar o de ciertos manantiales, cuando se ha evaporado el agua". Es decir, en las salinas se lleva a cabo el proceso de evaporación de agua salada hasta que cristaliza la sal. Este procedimiento que parece tan sencillo es algo más complejo, pues existen distintos tipos de salinas dependiendo de la procedencia de sus aguas, de las técnicas aplicada para su obtención, así como de la tecnología empleada.

Atendiendo a la procedencia o aprovechamiento de las aguas se distinguen tres tipos de salinas: litoral, interior o continental y de laboreo minero (fig.1). Las más conocidas son las de litoral que, aprovechando al agua de mar, obtiene esas enormes y características montañas de sal. Pero, por sorprendente que parezca, también se puede obtener sal a kilómetros de la costa a través de lagos, manantiales, ríos salados o sal de gema (halita).



FIG. 1. TIPOS DE SALINAS.


Fuente: Matínez, D., 2016.


Encontrar sal en el interior es posible gracias a la actividad geológica de La Tierra que, en diferentes partes del planeta, ha aislado y desecado antiguos mares (fig.2). Éstos, tras la radiación solar y la energía eólica, se han evaporado dejando como testigo de su existencia unos depósitos de sales que fueron cubiertos por distintos sedimentos. La sal de gema es extraída mediante el laboreo minero, pero también llega de nuevo en forma de salmuera gracias a las aguas subterráneas o en superficie que disuelven la gema.



FIG. 2. ORIGEN GEOLÓGICO DE LAS SALINAS DE INTERIOR.



Nota. Las imágenes 1,2 y 3 ilustran el proceso de evaporación del océano hasta dar lugar a un enorme depósito salino. En la imagen 4 se ve como sobre este yacimiento se depositan otros sedimentos y se produce su posterior plegamiento formando el diapiro. En último lugar se muestra el afloramiento de la sal a través de diferentes medios naturales o técnicos. Fuente: Recuperado de Fundación Integra, 2016.

En la Península Ibérica encontramos sal en el interior como resultado de la desecación del Mar de Thetys hace más de 300 millones de años, permitiendo así que en el Sistema Bético la existencia de esta tipología de salinas. A demás también están presentes en: la Cordillera Cantábrica, Meseta Norte, Cordillera Pirenáica, Valle del Ebro y Sistema Ibérico y La Mancha (Menéndez, E., 2008).

De esta forma tan breve queda definida qué son las salinas y las tipologías existentes atendiendo al origen de las aguas o la propia halita. En la segunda entrega de conceptos hablaremos de las morfologías de las salinas, sus características y los distintos métodos de obtención de sal.

Bibliografía.

FUNDACIÓN INTEGRALa sal de la vida [en línea]. [Consulta: 25/7/2016].  Disponible en: <https://www.youtube.com/watch?v=1gP5NPkZhPA>
MARTÍNEZ, D. "Las salinas continentales o de interior en España". En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 35-49.
MEMÉNDEZ, E. Las rutas de la sal. La Coruña : Netbiblo, 2008, 225 p. 
RAE. Salino, na [en línea]. [Consulta: 8/8/2016]. Disponible en: <http://dle.rae.es/srv/fetch?id=X3zKOKw>