lunes, 24 de abril de 2017

La Marismilla. La primera salina documentada en territorio andaluz.

La Marismilla, el que por ahora es el testimonio documentado más antiguo de actividad salinera en Andalucía, se encuentra ubicada en la sevillana localidad de La Puebla del Río.

En La Puebla del Río, un término municipal de interior, no existen manantiales que permitan la obtención de sal, ni ahora ni en el pasado más remoto que podamos imaginar. Pero hacia el 3.000 a.C existía una ensenada marina (fig.1) que ocupaba gran parte de la zona:

“En ese golfo desaguaba el Guadalquivir mucho más arriba de donde lo hace ahora. Desde Matalascañas y Sanlúcar de Barrameda, la ensenada se abría en forma triangular hasta alcanzar su vértice superior en Coria del Río. A partir de este punto y hasta Alcalá del Río se extendía el estuario propiamente dicho, en el que el Guadalquivir comenzó hace poco más de dos mil años a dibujar sus principales meandros” (ESCACENA, J.L., 2010:169).

FIG. 1. LA ENSENADA BÉTICA.


Fuente: ESCACENA, J.LL, 2010:171.

De esta forma se explica que, las comunidades agropastoriles correspondientes al horizonte cultural del Neolítico Atlántico Tardío, cuyo espacio de ocupación se extendieron por “una faja territorial que llegaría al menos hasta los 30 km de separación de la costa atlántica de entonces” (Gavilán Ceballos, B., y Escacena Carrasco, J.L. 2009:346), pudiesen aprovechar en las orillas de esta ensenada el agua de mar para obtener sal.

La Marismilla es uno de los tantos yacimientos que debieron existir por todo este antiguo golfo marino. El asentamiento es de unos 225m2 y estaba dedicado a la producción de sal para la conservación de carne y pescado (ESCACENA, J.L., 2010). La técnica empleada es la ígnea y, es que, si algo caracteriza a este yacimiento es la gran cantidad de escombros cerámicos encontrados como resultado de la aplicación de dicho método.

El procedimiento consistía en el llenado de vasijas de agua de mar y su colocación en el fuego hasta la cristalización (fig.2). Posteriormente se llevaría a cabo la rotura de la pieza cerámica para la obtención de un pequeño bloque de sal. Según José Luis Escacena, 

“conseguir sal a base de hervir agua del mar en cazuelas, estaba constatado sólo a partir de finales de la Edad del Bronce, en concreto en la desembocadura del Támesis. La Marismilla ha remontado la antigüedad de la fórmula al menos en dos mil años”. (2010:182).

FIG. 2. TÉCNICA ÍGNEA DE COCCIÓN.



Fuente: ESCACENA, J.LL, 2010:183.

Las modestas cantidades que se podían obtener de este procedimiento eran empleadas para la conservación de carne y pescado. Sin lugar a dudas suficientes para una sociedad dedicada a la ganadería, la pesca y la recolección, y que llevaba a cabo una vida trashumante en el territorio de la ensenada bética.

BIBLIOGRAFÍA.

ESCACENA, J.L. “La salina prehistórica de La Marismilla y la ocupación neolítica de la paleodesembocadura del Guadalquivir”. En: ESCACENA, J.L (coord.) La Puebla del Río: Miscelánea histórica. Sevilla : Universidad de Sevilla, 2010. p. 167-189.

GAVILÁN, B.; ESCACENA, J.L. “Acerca del primer neolítico de Andalucía occidental. Los tramos medio y bajo de la cuenca del Guadalquivir”. Mainake. 2009, nº 31, p. 311-351.