La cosecha de la sal, su uso y comercialización forma
parte de la historia de Sanlúcar de Barrameda desde hace siglos. Una de las
etapas más estudiadas de la localidad, puesto que marcó el devenir de la misma,
es el tiempo que la Casa de Medina Sidonia gestionó todo este amplio
territorio.
De esta forma la el aprovechamiento de las aguas
saladas del Atlántico y del Guadalquivir fueron objetivo número uno del Duque
para la obtención de rentas y su uso en la actividad almadrabera. La intensidad
de esta actividad fue tal que ambos márgenes del río (el derecho corresponde a
Almonte) fueron explotados hasta la altura del término municipal de Trebujena.
Entre la década de los setenta y ochenta del siglo XX
se produce una reducción del número de salinas artesanales y una concentración
de la producción entorno a la Salina de Monte Algaida, las de Nuestra señora
del Rocío, San Carlos y Santa Teresa, a través de modernos sistemas mecanizados
de producción (Ménanteau, L., 2004). De esta forma tanto las tradicionales
salinas como el territorio quedaron abandonados (fig.1).
FIG. 1. ANTIGUAS CASAS SALINERAS.
Fuente: Franco, J.M., s.f.
En 1999 la Fundación
Doñana consiguió que el proyecto Restauración
ecológica para la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en
las Salinas de Bonanza lograse financiación por parte del Ministerio de
Medio Ambiente a través de la Dirección General de Conservación de la
Naturaleza.
La propuesta, enmarcada dentro de la Estrategia Española para la Conservación y
el Uso Sostenible de la Diversidad Biológica, consistió en el
aprovechamiento de las antiguas salinas para su adaptación en pequeños lucios
estables que permitiese el asentamiento de poblaciones de aves. El espacio
creado sería accesible a través de un sendero que permitiese al visitante
conocer la fauna y flora halófila (fig.2).
FIG. 2. RECORRIDO SALINAS DE BONANZA.
Fuente: Diputación de Cádiz, 2017.
El recorrido de trece kilómetros discurre en pleno
Parque Natural de Doñana, entre las salinas y el Guadalquivir (fig.3): De esta
forma se puede contemplar restos de los antiguos aprovechamientos salineros con
la fauna que actualmente habitan las salinas: flamencos, avocetas, garzas imperiales,
garzas reales, canasteras, ánades, espátulas y águilas pescadoras.
FIG. 3. LAS SALINAS DE BONANAZA EN EL PARQUE NATURAL
DE DOÑANA.
Nota: Tras adentrarnos en el camino de acceso uno de
los paneles nos recuerda que nos encontramos en el Parque Natural de Doñana. Fuente:
Lucas, Á., 2016.
De esta forma, el alto valor ornitológico de las salinas de Bonanza
las convierte en un lugar único y excepcional del Guadalquivir (fig.4). Un espacio de referencia para todos los amantes de las aves y Doñana.
FIG. 4. ESPÁTULAS Y FLAMENCOS EN BONANZA.
Fuente: Franco, J.M., s.f.
Fuente: Chaolopez, s.f.
Si bien es cierto que la propuesta parece acertada, la creación de este tipo de rutas o el establecimiento de centros de interpretación suele ser la propuesta habitual para la puesta en valor de las salinas abandonadas (VER FUENTE DE PIEDRA). La experiencia derivada de la puesta en valor del patrimonio salinero señala la necesidad de apostar por la diversificación de la oferta como la mejor medida para la conservación del mismo (VER AÑANA). De esta forma, la implicación de la población local y la consecución de un impacto socioeconómico positivo marcan el futuro de las salinas andaluzas.
BIBLIOGRAFÍA.
DIPUTACIÓN DE CÁDIZ. “Camino de las
Salinas” [en línea]. [Consulta: 5/5/2017].
Disponible en: <http://www.dipucadiz.es/desarrollo_sostenible/senderos/Camino-de-las-Salinas-00001/#>
MILIARUM. “Salinas abandonadas de
Bonanza (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz)” [en
línea]. [Consulta: 5/5/2017]. Disponible en: < http://www.miliarium.com/Proyectos/RestauracionAmbiental/RestauracionRiberas/Proyectos/Salinas_Bonanza.asp>
MÉNANTEAU,
L., “Salinas del Guadalquivir”. En: El río Guadalquivir. Del mar a la marisma. 376-377.
ROMÁN, E. Estado
de la cuestión. En: Paisajes de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. pp.17-214.