Andalucía
posee el patrimonio salinero más extenso y variado del Estado español. Desde el
punto de vista cuantitativo en nuestro territorio contamos con 262
instalaciones de las 732 que se han contabilizado en todo el Estado. En lo que
respecta al cualitativo contamos con salinas de litoral (Atlántico y
Mediterráneo) e interior (manantiales, ríos, arroyos, ramblas, lagunas) con
morfologías y características físicas y medioambientales diferentes (fig.1).
FIG.
1. PAISAJE DE LA BAHÍA DE CÁDIZ.
Fuente:
Salinas de Andalucía, 2004:163
El
patrimonio salinero no es sólo una muestra de cómo en el pasado se cosechaba la
sal, se gestionaba su distribución y realizaba su consumo. Estas instalaciones
explican cómo se ha moldeado todo un territorio y desarrollado diferentes
culturas y pueblos (fig.2). A ello
tenemos que añadir que recientemente se está produciendo un proceso de revalorización
de la sal artesanal y también, como humedales artificiales, son un perfecto espacio de encuentro de aves
migratorias que buscan descansar y alimentarse. De esta forma se están creando
diferentes centros de interpretación que permiten conocer cómo se cultivaba la
sal y la fauna y flora de estos paisajes salinos.
FIG.
2. SALINEROS TRADICIONALES.
Fuente:
Salinas de Andalucía, 2004:101.
Pero
la realidad es que nuestro gran patrimonio salinero es uno de los más degradados,
olvidados y menos protegidos de todo el Estado pese a existir mecanismos y
medios para evitarlo ("La inminentedesaparición del patrimonio salinero de la provincia de Jaén"). En ese sentido la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español recoge la figura del Bien
de Interés Cultural (BIC) como la mejor herramienta de protección del
patrimonio.
Llegados
a este punto podríamos pensar que desde el punto de vista numérico, si bien es
imposible recoger las 732 salinas como BIC, si se puede apostar por proteger
las más significativas y particulares de cada territorio. Lamentablemente la
realidad es otra bien distinta, pues tan sólo 24 salinas están consideradas
BIC, y además ninguna de ellas es andaluza. No obstante lo peor de todo
ello es que ni si quiera el ser considerado BIC garantiza una correcta
conservación y gestión ("Bienes de InterésCultural abandonados y en riesgo. Las Salinas de Imón").
Lo
positivo de toda esta situación es que las salinas de Andalucía presentes en
Parques Naturales y Nacionales se encuentran sujetas a las figuras de
protección de las mismas. Sin que ello garantice tampoco una correcta
conservación y mantenimiento de sus instalaciones (fig.3).
FIG. 3. LAS SALINAS DE CABO DE GATA.
Fuente:
Salinas de Andalucía, 2004:174.
En
resumidas cuentas, en Andalucía carecemos de una política patrimonial concreta
que actúe sobre los bienes salineros de los que disponemos en nuestra tierra.
Como hemos visto, desde el punto de vista cuantitativo y cualitativo, no se
trata de un patrimonio más sino de elementos que definen e identifican nuestra
tierra. Por ello, desde las administraciones públicas, asociaciones y colectivos,
así como entes privados, debemos hacer un esfuerzo para que nuestro
desprotegido patrimonio salinero no desaparezca.
REFERENCIAS.
HUESO,
K.
Sal en el salero. Collado Mediano :
IPAISAL, 2015, 143p.
ROMÁN, E. Paisajes de la sal en
Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral inédita), 2014. 858
p.
PÉREZ,
A.,
(Coordi). Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la
Junta de Andalucía, 2004, 303 p.