El
Alfolí, cuyo término deriva de la
palabra árabe al-hury (hórreo,
granero público), es quizás uno de los elementos más vistosos y monumentales
del patrimonio salinero. Se trata de una gran nave, normalmente en dos alturas,
que sirve para guardar la sal una vez cosechada y secada (fig.1).
FIG.
1. ALFOLÍ DE FUENTE CAMACHO.
Fuente:
ROMÁN, E., 2014:278
No
existe un patrón común a la hora de la construcción de los alfolíes, habiéndolos
de diferentes factura (más o menos monumental), material y tamaño (fig.2). Estos almacenes están
presentes tanto en las salinas, en su labor de primer almacenamiento para
evitar degradación y posterior distribución, así como en pueblos y ciudades
para su venta. Es por tanto, el único elemento que encontramos tanto fuera como
dentro de las salinas.
FIG.
2. ALFOLÍ DE DUERNAS.
Fuente:
SALINAS DE ANDALUCÍA, 20014:68.
Tener
sal a mano era fundamental para la pequeña industria artesanal de las zonas
rurales y para conservación y tratamiento de alimentos en todos sitios. Por
ello, a lo largo de la historia se establecieron una red de alfolíes por toda
Andalucía que servían de sal a todo el territorio y, fundamentalmente, como un
efectivo sistema de control de la distribución, venta y recaudación (fig.3).
FIG.
3. DISTRITO DE PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN.
Nota. En este mapa tan sólo se representa el distrito de producción y distribución correspondiente a la salina de Roquetas. la Fuente: ROMÁN, E., 2014:331.
Tras
la modernización de la producción, la aparición de refrigeradores y la mejora
del transporte, la función de los alfolíes desapareció y fueron abandonados a
su suerte. Algunos
de ellos, al tratarse de grandes edificios, fueron aprovechados por sus
propietarios, principalmente administraciones públicas, para la instalación de
nuevos departamentos si las instalaciones lo permitían o derribados para
levantar un nuevo edificio. Pero la realidad es que la gran mayoría simplemente
colapsaron como el de Huelva en 1883.
Recientemente
con la revalorización de las salinas éstos se están transformando en centros de
recepción o interpretación de las instalaciones, como por ejemplo el de Rambla
Salada en Murcia (fig.4).
FIG.
4. ALFOLÍ DE RAMBLA SALADA.
Fuente:
RAMBLA SALADA, 2011.
No obstante y, como siempre venimos insistiendo en las entradas de este blog en lo referido al mantenimiento del patrimonio salinero, el mejor sistema para evitar la degradación de los alfolíes es, al menos con los presentes a pie de tajo, continuar con la producción artesanal de la salina.
REFERENCIAS.
ROMÁN, E. Paisajes
de la sal en Andalucía. Madrid : Universidad Politécnica (Tesis doctoral
inédita), 2014. 858 p.
PÉREZ, A., (Coordi).
Salinas de Andalucía. Sevilla : Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Andalucía, 2004, 303 p.