jueves, 4 de mayo de 2017

Ruptura, crisis y modernización. De la sal tradicional a la industrial.

En el lucrativo negocio de la sal se van a producir ingeniosos inventos (ruedas, molinos, sistemas de sondeo, canalizaciones, etc…), debates o tratados sobre sus usos y formas de explotarla como el libro de Georgius Agricola De re metallica que, pese a ser publicado en 1556, seguía siendo a comienzos de siglo XX la obra de referencia en Europa sobre la producción de sal (Kurlansky, M., 2003). De tal forma que, hasta la introducción de la tecnología de la revolución industrial, no se va a producir una ruptura con la tradicional relación existente entre el ser humano y la sal, momento en el cuál los aspectos relacionados con la producción, consumo y comercialización se van a ver modificadas.

El final del siglo XIX es el comienzo de la modernización de las salinas con la introducción de maquinarias que disparan la producción para abastecer de forma rápida a barata a las nuevas exigencias de la industria y competir también contra las nuevas técnicas de conservación de alimentos (enlatados y refrigeración). Las salinas de litoral, más extensas y con mayor volumen productivo, fueron objeto de adquisición o inversión por parte del sector financiero e industrial (fig.1).


FIG. 1. MODERNAS INSTALACIONES DE LA SALINA MARISMAS DEL ODIEL.


Nota. La imagen número uno muestra el empleo de modernas máquinas de tracción mecánica para la cosecha de la sal. La segunda imagen muestra el inicio del proceso de tratamiento consistente en el lavado y centrifugado de la sal. En la tercera imagen encontramos la máquina de refinado, el último proceso del tratamiento antes de ser llevado al envasado final. Fuente: SALINAS DEL ODIEL, 2016.

Este cambio hace que las pequeñas salinas que inundaban los territorios próximos a pueblos y ciudades, cuya base productiva siempre ha sido a través de métodos tradicionales, vayan desapareciendo en detrimento de un sector volcado a las exigencias del mercado.

A mediados de siglo XX se produce el definitivo impulso modernizador en el sector. Sin lugar a dudas el mayor impacto de esta crisis fue recibida por parte de las salinas de interior. Se trata de unas salinas fuertemente vinculadas a la vida rural, a una producción artesanal, y dada su particular morfología, adaptada a complicados y reducidos espacios que la lleva a una reducida producción, fueron incapaces de adaptarse y competir. Las salinas de interior que subsistieron lo hicieron mediante la semi-modernización de sus instalaciones, centrando así su producción en la salmuera para la industria olivarera (fig.2).

FIG. 2. CISTERNAS DE SALMUERA DE VALCARGADO.


Fuente: Martínez, D., 2016.

BIBLIOGRAFÍA.
KURLANSKY, M. 2003. Sal: Historia de la única piedra comestible. Península, Barcelona, 489 p.
MARTÍNEZ, D. “El sector salinero”. En: La puesta en valor de las salinas de interior en Andalucía. El proyecto de Valcargado (Utrera). Sevilla : ,Trabajo final de Máster inédito, pp. 29-34.
MEMÉNDEZ, E. 2008. Las rutas de la sal. Netbiblo, La Coruña, 225 p.