La
Marismilla, el que por ahora es el testimonio documentado más antiguo de actividad
salinera en Andalucía, se encuentra ubicada en la sevillana localidad de La
Puebla del Río.
En
La Puebla del Río, un término municipal de interior, no existen manantiales que
permitan la obtención de sal, ni ahora ni en el pasado más remoto que podamos
imaginar. Pero hacia el 3.000 a.C existía una ensenada marina (fig.1) que ocupaba
gran parte de la zona:
“En ese golfo desaguaba el Guadalquivir mucho más arriba de donde lo hace ahora. Desde Matalascañas y Sanlúcar de Barrameda, la ensenada se abría en forma triangular hasta alcanzar su vértice superior en Coria del Río. A partir de este punto y hasta Alcalá del Río se extendía el estuario propiamente dicho, en el que el Guadalquivir comenzó hace poco más de dos mil años a dibujar sus principales meandros” (ESCACENA, J.L., 2010:169).
FIG.
1. LA ENSENADA BÉTICA.
Fuente:
ESCACENA, J.LL, 2010:171.
De
esta forma se explica que, las comunidades agropastoriles correspondientes al horizonte
cultural del Neolítico Atlántico Tardío, cuyo espacio de ocupación se
extendieron por “una faja territorial que
llegaría al menos hasta los 30 km de separación de la costa atlántica de
entonces” (Gavilán Ceballos, B., y Escacena Carrasco, J.L. 2009:346),
pudiesen aprovechar en las orillas de esta ensenada el agua de mar para obtener
sal.
La
Marismilla es uno de los tantos yacimientos que debieron existir por todo este
antiguo golfo marino. El asentamiento es de unos 225m2 y estaba
dedicado a la producción de sal para la conservación de carne y pescado (ESCACENA,
J.L., 2010). La técnica empleada es la ígnea y, es que, si algo caracteriza a
este yacimiento es la gran cantidad de escombros cerámicos encontrados como
resultado de la aplicación de dicho método.
El
procedimiento consistía en el llenado de vasijas de agua de mar y su colocación
en el fuego hasta la cristalización (fig.2). Posteriormente se llevaría a cabo
la rotura de la pieza cerámica para la obtención de un pequeño bloque de sal.
Según José Luis Escacena,
“conseguir sal a base de hervir agua del mar en cazuelas, estaba constatado sólo a partir de finales de la Edad del Bronce, en concreto en la desembocadura del Támesis. La Marismilla ha remontado la antigüedad de la fórmula al menos en dos mil años”. (2010:182).
FIG.
2. TÉCNICA ÍGNEA DE COCCIÓN.
Fuente:
ESCACENA, J.LL, 2010:183.
Las
modestas cantidades que se podían obtener de este procedimiento eran empleadas
para la conservación de carne y pescado. Sin lugar a dudas suficientes para una sociedad dedicada
a la ganadería, la pesca y la recolección, y que llevaba a cabo una vida trashumante
en el territorio de la ensenada bética.
BIBLIOGRAFÍA.
ESCACENA, J.L. “La salina prehistórica de La
Marismilla y la ocupación neolítica de la paleodesembocadura del Guadalquivir”.
En: ESCACENA, J.L (coord.) La Puebla del
Río: Miscelánea histórica. Sevilla : Universidad de Sevilla, 2010. p.
167-189.
GAVILÁN, B.; ESCACENA,
J.L. “Acerca del
primer neolítico de Andalucía occidental. Los tramos medio y bajo de la cuenca
del Guadalquivir”. Mainake. 2009, nº
31, p. 311-351.
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